Cuánta razón tenía Julio Oñate Martínez cuando hace treinta años escribió su profecía. Ya Pedro Castro lo había vaticinado también, pero las predicciones fueron pasadas por alto
y eso ¡cuánto daño te ha hecho, Cesar!

Ya no están los pastos verdes y el color de la vegetación se ha cambiado por un tono amarillento que viaja con la brisa desde La Guajira y se posiciona en lo que antes eran los bosques de caracolí.